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Jugar en la Bauhaus #Alma Buscher
Alma Buscher ingresó en la Bauhaus de Weimar en 1922 y siguió, como todos los estudiantes, el curso inicial impartido por Johannes Itten y Paul Klee. Como la mayoría de las mujeres estudiantes, fue dirigida al taller de tejidos, ya que Gropius consideraba que las mujeres estaban mejor dispuestas para el diseño bidimensional que para el diseño tridimensional. A pesar de esto, Buscher fue aceptada más tarde en el taller de carpintería con el apoyo de los profesores George Muche y Josef Hartwig. En este taller realizaría sus trabajos más reconocidos.
En 1923, la Bauhaus mostraba su trabajo al público en una exposición titulada “Unidad entre Arte y Técnica”. Buscher presentó en la exposición varios juguetes en los que se aplicaban directamente los principios básicos del diseño de la Bauhaus, pero también los principios de la nueva pedagogía de la época, en la que se consideraba el juego libre y creativo como una actividad indispensable para el desarrollo infantil.
Los niños deben tener un cuarto donde puedan hacer lo que quieran, en el que reinen. (…) Todo debe ajustarse a ellos, debe estar a su medida, su utilidad práctica no debe impedir sus posibilidades para el juego. Colores claros y alegres para crear un ambiente divertido y placentero. Partiendo de estas premisas diseñé un espacio, Alma Buscher, 'Kindermöbel und Kinderkleidung', 1926.
Para la exposición se construyó una casa modelo conocida como Haus am Horn, “la casa en la colina”, diseñada por Georg Muche y equipada con la colaboración de todos los talleres de la Bauhaus. Buscher se encargó diseñar y construir el mobiliario para la habitación de los niños, con la colaboración de Erich Brendel, maestro artesano del taller de carpintería. Esta habitación era la segunda estancia más grande de la casa, ya que aglutinaba el espacio para dormir y el espacio para el juego. Para el mobiliario, Buscher construyó un sistema modular y transformable, como un juego de construcción, que podía adaptarse al crecimiento de los niños y a distintos usos y juegos. A pesar de las críticas negativas que recibió la exposición, los juguetes y muebles de Alma Buscher se convirtieron en un éxito de ventas y, aún hoy en día, en todo un icono de la Bauhaus.