INTERIOR
Las sillas Pata de Gallina #Miguel Fisac
Miguel Fisac es uno de los nombres fundamentales para la recuperación de la modernidad en el diseño español tras el paréntesis que supuso la Guerra Civil y la primera década de la posguerra. Su faceta como arquitecto estuvo siempre vinculada a otra faceta como diseñador, principalmente de elementos constructivos, pero también de mobiliario para sus obras.
¿Quién debe hacer los muebles? Si como debe ser, y como es por ahí fuera, es labor de los arquitectos, ¿podemos consentir los arquitectos que se siga dando vueltas y vueltas, cada vez más desafortunadamente, a esos estilos históricos, histéricos, coloniales e isabelinos?Miguel Fisac, “La casa de vivienda en Madrid”. Revista Nacional de Arquitectura, 1951
Los inicios de esta recuperación pasaron para Fisac por la asimilación del empirismo escandinavo, movimiento en el que tiene un papel esencial el diseño global de los interiores a través de formas suaves y materiales cálidos como la madera. En este sentido destaca la librería que diseñó para el Centro de Humanidades del CSIC, con piezas de mobiliario que revelan la influencia de diseñadores nórdicos como Finn Juhl.
En su etapa de madurez perdió fuerza la idea de diseño global del interior para centrarse en la innovación estructural. Aun así, Fisac diseñó una serie de muebles que incorporaban esa innovación estructural, conocidos bajo el prosaico nombre de “sillas pata de gallina”.
Esta serie nació del encargo de una naviera que necesitaba un mobiliario particularmente estable para sus buques de placer. Fisac responde a esta necesidad diseñando un soporte formado por cuatro pletinas de acero cromado que se curvan para apoyarse tangencialmente en el suelo. Fisac utilizó este soporte en distintos muebles para algunos de sus edificios más importantes de la década de los 60, como la Diputación de Ciudad Real o el Centro de Estudios Hidrográficos en Madrid, donde también usó sus famosas vigas-hueso.