Rocafort (Valencia) 2002 Sup. 723 m²
Esta casa se encuentra en un entorno consolidado y envuelto en una frondosa vegetación mediterránea. El solar se caracteriza por su gran diferencia de niveles.
La casa se presenta como una pieza baja, de una sola altura y marcadamente longitudinal, que muestra una imagen serena y de unas proporciones amables.
Un voladizo de madera y cobre acompaña al visitante desde la entrada a la parcela y a lo largo de un patio. Al retrasar el punto de acceso de la casa se genera un recorrido de aproximación a la vivienda que sumerge al visitante en la idea de serenidad. En la cara oeste de la casa la marquesina se convierte en un porche que enmarca las vistas hacia un mar de copas de árboles que, junto con la reflexión de la lámina de agua, nos trasladan a un universo propio, íntimo, lejos del bullicio de la ciudad.
No se percibe la verdadera dimensión de la parcela hasta atravesar el umbral de la casa. Es entonces cuando, debido al fuerte desnivel existente, la magnitud espacial se amplía, ofreciendo una sensación de expansión visual sin obstáculos.
Juego espacial
La arquitectura se presenta como elemento articulador entre el espacio llano del acceso y el espacio de jardín privado al que se abre la vivienda como un gran mirador, introduciendo una escena compuesta por elementos naturales, como el agua y la vegetación, en la vivienda.
Escala humana
Compositivamente, la casa se resuelve en volúmenes prismáticos masivos, construidos con muros de carga de mampostería, cuya altura viene determinada por la jerarquización de usos. El desnivel favorece la existencia de dos plantas con sus correspondientes espacios exteriores. De este modo la planta principal se vincula con el dormitorio principal, mientras que la planta inferior se relaciona con los secundarios.
La diferenciación de alturas establece una transición natural entre la escala humana y la arquitectónica.
Material local
La casa está construida mediante muros de gran espesor de mampostería de piedra de una cantera próxima a Rocafort. Esta piedra fue la que se utilizó originalmente para construir todos los elementos principales de la urbanización, de este modo se buscaba obtener la máxima armonía con el entorno.
En esta casa la iluminación artificial posee un carácter teatral, evocando la calidez de la luz del fuego, integrada en los mismos muros.
Juego de claroscuros
Durante la noche la luz se proyecta bañando ciertos puntos del recorrido cobrando protagonismo. Jugando con los claroscuros y con las penumbras, se consigue una atmósfera sugerente que envuelve al visitante en su recorrido de aproximación a la casa.
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Arquitecto
Ramón Esteve
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Colaboradores
Juan A. Ferrero
Angels Quiralte
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Arquitecto Técnico
Ramón Ramírez
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Constructora
Inmobiliaria Electra
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Jefe de Obra
A. Moya
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Fotografía
Xavier Mollà
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Planos Alzados
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Planos