Color como dinamizador

El proyecto se articula en varios volúmenes blancos de grandes dimensiones, organizados mediante el uso del color, aplicado en los accesos desde el exterior, los núcleos de comunicación y los aseos. De este modo, además de facilitar la orientación del alumno, se aporta la frescura necesaria para un edificio cuyos usuarios principales son niños.

Estructura

El acceso principal se produce por uno de los lados más cortos del solar; a partir de este punto se define un eje longitudinal y a lo largo de esta línea se reparten los volúmenes de forma alterna. Por un lado, la pieza destinada a las aulas de infantil, que cuentan con una zona exterior para cada clase. Por otro, el prisma contenedor de las aulas de primaria, que consta de dos plantas. El elemento de comedor sirve de nexo entre las piezas, mientras que el volumen del gimnasio se disgrega y separa del conjunto, trasladándose a la zona de juegos y pistas deportivas.

En el cuerpo destinado a albergar las zonas de infantil, el corredor se amplía en algunos puntos puntualmente para dar cabida a las entradas a las aulas, fácilmente reconocibles gracias a la utilización del color. En el bloque de primaria se dispone una serie de patios de colores que permiten iluminar y ventilar el corredor principal.

Cerámica

Los bloques se presentan como grandes prismas de paneles prefabricados de hormigón blanco; los paquetes de color se materializan mediante azulejo cerámico coloreado en pequeño formato; en las aperturas se disponen unas mallas metálicas, paralelas a la fachada, que tamizan la luz hacia las aulas.