INTERIOR
Luces del Norte #Alvar Aalto
Alvar Aalto siempre fue consciente de la importancia de la luz para conseguir el confort en un espacio arquitectónico. Cuando Alvar y Aino Aalto desarrollaron el equipamiento para el Sanatorio de Paimio, además de diseñar sus famosos muebles de madera curvada, dedicaron una especial atención a diseñar una iluminación adecuada para los pacientes. También al diseñar el equipamiento para la Biblioteca de Viipuri tuvieron en cuenta la iluminación adecuada para la lectura. Ambos ejemplos aparecen mencionados en el conocido ensayo “La humanización de la arquitectura” como ejemplo del paso de una racionalización basada en aspectos técnicos a una racionalización que tuviera en cuenta las necesidades psicofisiológicas de los usuarios.
El funcionalismo es correcto solo si puede ampliarse hasta abarcar incluso el campo psicofísico. Ese es el único método de humanizar la arquitecturaAlvar Aalto, La humanización de la arquitectura, “The Technology Review”, 1940
En muchas de las lámparas de Aalto, como la lámpara “Colmena” o la lámpara “Platillo Volante” es patente el impacto de obra del diseñador danés Poul Henningsen, usando distintas superficies reflectantes y pantallas para emitir una combinación de luz directa e indirecta que evita el deslumbramiento.
Alvar diseñó a lo largo de su carrera una larga serie de lámparas como parte de la arquitectura de algunas de sus obras más conocidas. Además de la iluminación antes mencionada en el Sanatorio de Paimio y la Biblioteca de Viipuri, diseñó entre otras la lámpara colgante para el comedor de la Villa Mairea, la lámpara de pared para las estanterías del Instituto Nacional de Pensiones de Helsinki, la lámpara “Granada” para el edificio de la Sociedad Finlandesa de Ingenieros o las lámparas “Arándano” y “Ala de Ángel” para la sala de exposiciones de la Maison Carré. Muchas de ellas serían después producidas en serie por Artek.