Curvas cariocas #Anna María Niemeyer #Oscar Niemeyer

Oscar Niemeyer vivió 104 años y su larguísima trayectoria profesional abarca desde la llegada de la arquitectura moderna a América en los años 30, de la mano de Le Corbusier y Lucio Costa, hasta la starchitecture de principios del 2000. Galardonado con el premio Pritzker en 1988, es sin duda el arquitecto más conocido de Brasil.

La obra más representativa de Oscar Niemeyer son los edificios que diseñó para la Plaza de los Tres Poderes en Brasilia, la nueva capital de Brasil planificada por Lucio Costa. Pero su extensísima obra, alrededor de 600 proyectos a lo largo de 70 años de carrera, incluye muchos otros edificios en todo Brasil, como su temprana iglesia en Pampulha o el Museo Niteroi en Sao Paulo, y por todo el mundo, como la sede del Partido Comunista Francés en París o el centro cultural Niemeyer en Avilés.

Para mí, la belleza es lo más valioso, la belleza que se manifiesta en una línea curva o en un acto creativo , Oscar Niemeyer.

A partir de los paradigmas formales de la obra de Le Corbusier, Niemeyer desarrolló un lenguaje personal caracterizado por un uso expresivo de las estructuras que llevaba al límite las posibilidades tecnológicas del hormigón y por sus recurrentes formas curvas, escultóricas y sensuales, que Niemeyer relacionaba con el paisaje de su Brasil Natal y que le valieron el ataque de arquitectos racionalistas como Max Bill.

Desde los años 70, Niemeyer desarrolló con su hija Anna Maria una serie de mobiliario que reinterpretaba el diseño moderno a través de su característico lenguaje arquitectónico y de las posibilidades de la tecnología llevadas al límite, como la tumbona Rio, la butaca Alta o el banco Marquesa. Pensadas para completar el interior de su arquitectura, estas piezas buscan reflejar el carácter brasileño siendo a la vez hermosas, confortables y desinhibidas.