La elegancia de la tecnología

Desde mediados del siglo XIX, la arquitectura se convirtió en punta de lanza del progreso al mostrar las posibilidades formales derivadas del uso de nuevos materiales y tecnologías, generando obras como el Crystal Palace de Joseph Paxton o la Torre Eiffel. Esta tendencia, presente en toda la arquitectura moderna, cristalizó en los años ochenta en la llamada arquitectura hi-tech, asociada habitualmente a grandes edificios corporativos como el Banco de Hong Kong y Shanghái de Norman Foster o la sede de Lloyds de Richard Rogers.

Este tipo de arquitectura se caracteriza por la manifestación de la potencia de la estructura, la sofisticación de la tecnología utilizada y suele evidenciar en la imagen final el propio proceso de montaje. Aunque estas características suelen alejar este tipo de arquitectura de propuestas más sutiles y de una escala más cercana al usuario, la obra de Eva Jiricna es una muestra de lo contrario.

Creo firmemente que no se deben usar más materiales de los absolutamente necesarios para hacer un edificio , Eva Jiricna.

Arquitecta de origen checo pero afincada en Gran Bretaña desde 1968, la obra de Eva Jiricna se caracteriza por el uso del vidrio como material estructural tanto en envolventes como en interiores. De hecho, Jiricna se labró su nombre como arquitecta con el diseño de interiores, primero con el interiorismo del edificio de Rogers para Lloyds y después con una serie de interiores para comercios como la tienda Joseph en Londres o la zapatería Joan & David en Paris, en los que destacan sus elegantes escaleras de vidrio y acero.

En obras posteriores, Jiricna traslada su lenguaje elegante y sofisticado al conjunto del edificio, como sucede en el Centro de Congresos en Zlín, su ciudad natal, o en el Hotel Josef, concebido como una obra de arte total que integra elementos de todas las escalas, desde la estructura hasta el mobiliario.