Los muebles de Enric Miralles #Enric Miralles

Hay en la arquitectura de Enric Miralles un componente de juego, basado en la repetición y la variación, que se muestra claramente en los muebles que diseñó. Enric Miralles y Carme Pinós presentaron la Silla Sentada en la Bienal del Mueble de Milán de 1988, mientras estaba en construcción el Cementerio de Igualada, para el que también diseñaron una mesa de tanatorio apoyada en una rueda de bicicleta. La silla es el resultado de unir un conjunto de materiales dispares de forma aparentemente casual, más un collage que un diseño propiamente dicho.

La mesa Ines-table, que forma parte del mobiliario de su casa en la calle Mercader, fue diseñada por Enric Miralles y Benedetta Tagliabue para una exposición organizada en 1993 en Grenoble que mostraba objetos que representaban la manera de trabajar de sus autores. Esta mesa sería, precisamente, el lugar donde se celebraba el debate entre los diferentes arquitectos. La mesa, que Miralles presentaba como una metáfora de su trabajo, está compuesta por paneles móviles triangulares que pueden plegarse y modificar su posición según el tipo de trabajo que quiera realizarse sobre ella, convirtiéndose así en un paisaje que cambia día a día.

Una mesa que explica un cierto modo de trabajar en el que las cosas se convierten en protagonistas, en el que se prepara atentamente la ocupación de los lugares y se juega con el paso del tiempo. Enric Miralles

Para la ludoteca en Mollet del Vallés, Miralles y Tagliabue diseñaron Leulakaapi, un mueble móvil que, como un teatro infantil, puede abrirse o cerrarse, llenarse de objetos y ser habitado por los niños. Este mueble, diseñado como un homenaje a Alvar Aalto, está formado por sucesivos planos de formas sinuosas que se superponen y desplazan unos sobre otros.