LA FABRICACIÓN DEL
INTERIOR

RCR y la atmósfera del lugar #RCR

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El premio Pritzker de este año ha recaído en el estudio RCR, formado por Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta. Aunque en 2008 empezaron a desarrollar una obra importante en Francia y Bélgica, la mayor parte de su obra está marcada por la singular interrelación que establece con el paisaje volcánico de Olot, la localidad catalana en la que tienen su sede. Proyectos como el estadio de atletismo en el bosque, el Parque de la Piedra Tosca o las bodegas Bell-lloc en Palamós solo son comprensibles desde la incorporación de la naturaleza como material de proyecto.

Gran parte de su obra en Olot y alrededores viene marcada por la escala doméstica, en la que la dedicación a cada detalle se justifica por la intención de generar una atmósfera única y sugerente. Tanto la escala mayor, la de la arquitectura que se relaciona con el paisaje, como la escala menor, donde el detalle se relaciona directamente con los sentidos del habitante, se caracterizan por las formas geométricas elementales y por el uso a la vez arriesgado y expresivo de materiales como el acero corten o el vidrio, como queda patente en su Casa Horizonte.

La arquitectura no se entiende como un tratado de geometría y de construcción, sino como la materialización de un sentimiento, de un instante vital, de una idea, de aquella sensación que desde la vida toma forma y valor.

Un buen ejemplo de la arquitectura como materialización de una atmósfera son las distintas intervenciones en el restaurante Les Cols. En la primera intervención en la antigua masía se construye un restaurante que evoca el mundo hedonista de la cocina de autor, en la siguiente se levantan unos pabellones de descanso marcados por una relación zen con el paisaje y en la última se levanta una carpa exterior marcada por una transparencia que consigue desmaterializar la arquitectura.