INTERIOR
Rigor y Poesía #Franco Albini
Desde sus inicios en los años treinta, Franco Albini se nos presenta como el miembro más refinado de la llamada “Scuola de Milano”, formada en la redacción de Casabella dirigida por Edoardo Persico, donde colaboraron también arquitectos como Figini y Pollini, los miembros de BBPR o Ignazio Gardella, empeñados en encontrar un camino propio respecto al entonces naciente racionalismo internacional.
Considerado como uno de los pioneros de la “cultura del diseño” italiana, Albini desarrollaría en su vasta producción, que abarca desde los diseños de interiores hasta objetos de diseño industrial sin olvidar el diseño expositivo, una interpretación personal de la modernidad puesta siempre en relación dialéctica con los valores de la tradición. Sus interiores, construidos a partir del vacío, se pueblan por objetos diseñados ex profeso que dialogan con elementos de otras épocas. En piezas como los sillones de mimbre para la firma Vittorio Bonacina se aprecia su interés por articular las técnicas tradicionales del trabajo artesano con las nuevas posibilidades expresivas del material.
(…) una arquitectura hecha de piezas y fragmentos que vuelan sin tocar nunca tierra, (…) las líneas que miden el espacio, su arcana geometría, su atracción por las juntas, las articulación, todos aquellos puntos en los que líneas y planos se encuentran, son la cifra de su poético hacerRenzo Piano, Pezzo per pezzo, Catálogo de la exposición sobre Franco Albini en la Trienal de Milán, 2006
En 1952 se asoció con la arquitecta Franca Helg, con la que recorrería un camino especialmente fructífero en la rehabilitación y reutilización de edificios históricos, como el Museo del Tesoro de la Catedral de San Lorenzo, en Génova, y en las múltiples ramas del diseño industrial, lo que les llevaría a obtener el Compasso d’Oro en 1964 por el diseño de la línea 1 del Metro de Milán.