Concept Store

“En este nuevo local de Valencia, las líneas de ropa de hombre y mujer cohabitan en un espacio arquitectónico proyectado con un juego de espejos y prismas en el que el protagonismo lo adquieren las prendas. Dividido longitudinalmente por una línea de probadores de espejo blanco, el espacio culmina en un imponente lucernario que se levanta sobre un muro de vidrio negro, convirtiendo el recorrido en una auténtica experiencia visual.” – Proyecto Contract

Condicionantes

Al inicio del proyecto, el local presentaba ciertas dificultades, que debían ser consideradas y estudiadas para minimizar su presencia. Como punto de partida se contaba con una serie de pilares de grandes dimensiones, una escasa altura libre con vigas descolgadas y poca iluminación natural, debido a la profundidad del local.

Geometría

Como consecuencia, se plantea una familia de elementos geométricos que ordenen el espacio y proporcionen identidad al proyecto. Este concepto consiste en establecer una serie de geometrías puras: prismas, planos y líneas, que enlazan todas las escalas del diseño, desde la arquitectura hasta el detalle del mobiliario y resuelve el proyecto a todos los niveles.

Esquemas compositivos

“Compositivamente, el proyecto se define por el empleo de la geometría pura, representada en tres categorías: prismas, cajas de espejos que hacen de probadores y volúmenes de luz blanca, utilizados como expositores; planos, chapas metálicas inclinadas que recogen al visitante y lo acompañan hacia el fondo de la tienda, donde se transforman en hojas de vidrio sesgadas que forman el lucernario; líneas, finas piezas utilizadas en colgadores y expositores y además se materializa en forma de rasgadura rompiendo planos y generando aristas.”

Brand Experience

La experiencia del visitante consiste en un recorrido a través de una secuencia de escenas. Comienza con una gran marquesina de acero negro, iluminada por unas rasgaduras que enmarcan la fachada acristalada de la tienda. Se presentan los accesos independientes para hombre y mujer como escenarios donde exhibir las colecciones expuestas. No existe un escaparate delimitado, sino que éste se diluye e invade el espacio de la tienda. Esta idea se refuerza mediante la incorporación de unas grandes pantallas de LED, en las que se proyectan composiciones de videoarte producidas para Chapeau por Javier Santaella, así como desfiles de las firmas mostradas en las grandes pasarelas internacionales.

Juego ópticos

Este recorrido viene marcado por largos planos inclinados que acompañan al cliente y que logran coser todo el espacio como largas lenguas que albergan las instalaciones sin perder altura. A continuación, una sucesión de piezas invaden la tienda, emergiendo de los muros, sirviendo como expositores, o del suelo, como los mostradores de piedra, que funcionan como conexión entre las áreas de hombre y mujer. Una vez que las dos secciones se unen, se accede a la zona expositiva, ubicada en el perímetro, y a la zona de probadores, en la parte central. La zona expositiva se materializa mediante planos retroiluminados a diferentes profundidades, que albergan los colgadores. Los probadores son una combinación de prismas de espejo desalineados, que buscan desmaterializarse, mediante la combinación de reflexiones y planos retroiluminados.

Y se hizo la luz

El recorrido termina en una amplia zona de expositores a doble altura, bañada por la luz natural de un gran lucernario, formado por una estructura de acero negro y unos vidrios sesgados de diferentes proporciones, que permiten que la luz inunde el núcleo de la tienda. Un fondo de espejo negro de gran altura indica el final de la tienda, reflejando sutilmente el resto de espacios, ampliando las proporciones del conjunto.

Además, el dinamismo y la heterogeneidad de esta composición convierte al espacio en un lienzo para las colecciones de ropa expuestas. Un lienzo que posee identidad por sí mismo y a la vez proporciona espacio individual al producto, con el fin de dar el valor adecuado a cada firma.