La vivienda se sitúa en una urbanización consolidada, rodeada de vegetación frondosa de carácter mediterráneo, en las proximidades de Valencia. La parcela cuenta con una sima, una cavidad en el terreno que hacía que la parcela tuviera un carácter muy singular. Esta particularidad se convirtió en el origen de la idea de proyecto, como hacer que la vivienda aprovechara al máximo la orografía, desplegándose sobre dos niveles y estableciendo una relación constante con el paisaje.
Concepto espacial y distribución
El proyecto plantea una secuencia espacial que se descubre al recorrer la vivienda, donde una serie de patios interiores salpican los espacios de luz y vegetación, esponjando el programa y generando rincones íntimos, espacios abiertos y controlados.
La casa se abre completamente a los dos niveles del paisaje: en el nivel de calle, se ubican las terrazas principales y la zona de piscina. La gran terraza del salón conecta visualmente con el nivel inferior, excavado en la roca horadada. Estos dos estratos se vinculan mediante una escalinata natural, enclavada en la escollera, que conecta la vivienda con la parte más íntima del jardín.
Espacios de bienestar y conexiones
En el nivel inferior se sitúan las zonas de ocio y bienestar, incluyendo el gimnasio, el spa y la sala de cine. Una lámina de agua conecta visualmente la zona de spa con una chimenea exterior, reforzando la sensación de continuidad entre interior y exterior. La vivienda cuenta además con múltiples terrazas y rincones, pensados para ser disfrutados durante las cuatro estaciones, integrando la vida cotidiana con la naturaleza que la rodea.
En las estancias interiores se constituyen varias visuales cruzadas hacia el exterior que establecen diferentes conexiones con los niveles de jardín, desde las grandes aperturas que enmarcan el paisaje mediterráneo hasta los patios más controlados y domésticos que ofrecen espacios más íntimos y recogidos.













Materialidad, artesanía y diseño paisajístico
La geometría resultante se materializa a través de una serie de muros de piedra que marcan el recorrido y jerarquizan los planos que delimitan los volúmenes. El resto de la envolvente se plantea en hormigón estructural coloreado en tonalidades tierra, que se funde con el entorno natural. La plasticidad del exterior se combina con la artesanía interior, mediante materiales especialmente trabajados para este proyecto: cerámica manual esmaltada en tonos terrosos combinados con maderas seleccionadas en tonalidades cálidas y metales en bronce que aportan sofisticación y detalle.
El paisajismo potencia la idea de recorrido, mediante la disposición de ejemplares mediterráneos como calabreses, olivos, granados y algarrobos, que acompañan el trayecto por los diferentes niveles del jardín, reforzando la integración de la vivienda con su entorno y el carácter único de la parcela.
Arquitecto
Ramón Esteve
Arquitectas Colaboradoras
Estefanía Pérez
Beatriz Bernal
Cristina Calpe
Arquitectos Técnicos
Emilio Pérez
Sergio Cremades
Lucía Romero
Imagen
Tudi Soriano
Guido Bolognini
Ingeniería
Índigo Ingeniería
Cálculos Estructurales
Temco Sistemas y Estructuras
Paisajismo
GM Paisajistas
Pieza de Música
PostData Sound Studio