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Mauricio Inglada
Gerente de L’Antic Colonial
Mauricio Inglada sonríe tras el trabajo bien hecho y disfruta cuando se encuentra con el equipo unido pensando en nuevos proyectos. Teme no estar a la altura de las expectativas y le enfada no saber comunicar todo de lo que son capaces.
La inspiración la encuentra en muchos sitios. Una revista, un paseo por la ciudad o una conversación con un arquitecto o diseñador es suficiente para atraer a las musas.
Apasionado de la piedra y la madera –para él una combinación irresistible- sueña con hacer de L’Antic un referente mundial.
¿Quién es Mauricio Inglada?
Una persona sencilla a la que le gustan las cosas bien hechas, estar rodeado de buena gente, apasionado del diseño, su familia y el deporte, con la naturaleza siempre presente. Para bien o para mal, también inconformista y muy perfeccionista.
¿Qué es L’Antic Colonial? ¿Cuál es su filosofía?
Una empresa que cree en lo que hace, consciente de que el manejo de materiales y productos vivos y que evolucionan con uno mismo siempre le darán la ventaja de estar haciendo algo diferente sin perder nunca su dirección, que no es otra que ayudar a generar espacios para vivir y disfrutar.
Nuestra filosofía es un non stop, es estar siempre alerta. Siempre tratando de superarnos y buscando compañeros de viaje que nos ayuden a mejorar y a entender la evolución de un mundo que avanza muy rápido pero que por otro lado mantiene siempre una esencia que perdura, y eso es a lo que aspira L’Antic, a no ser algo efímero.
¿Qué destacarías de la situación del mundo del diseño actual? ¿Qué cambiarías?
Destacaría a las personas, cada día hay mucha más gente que valora las cosas bien hechas, que se da cuenta de que cuesta lo mismo hacer las cosas bien o mal y que poder disfrutar de algo bien hecho ayuda a vivir mejor. Hoy en día el diseño no es un lujo, es asequible, y se utiliza de muchas formas ayudando a que podamos vivir mejor. Hoy podemos decir que la funcionalidad sin diseño carece de sentido.
Cambiaría todo aquello que no se hace con pasión y ánimo de aportar sino con el objetivo de figurar, de conseguir un titular a sabiendas de que lo que se está diseñando tiene fecha de caducidad.