La antigua fábrica Bombas Gens, de indudable valor histórico-social, es uno de los escasos ejemplos de arquitectura industrial de la década de 1930 que permanece en pie. Su arquitectura y el estilo art-decó de sus fachadas, hacen de este espacio un enclave único y especial para albergar nuevos usos que respondan a las necesidades de la actualidad.

El nuevo complejo nace como un espacio polivalente, referente internacional, en el que la Fundació Per Amor a L’Art desarrollará su triple actividad: artística, social e investigadora.
«Nuestro objetivo ha sido siempre el de conseguir unificar el criterio de intervención en todo el conjunto, sean edificios originales o de nueva construcción; y al mismo tiempo dotar a cada uno de ellos de la singularidad que cada uso específico necesita»
Primera fase
Como núcleo central encontramos el centro de arte ocupando las cuatro naves originales y gran parte del cuerpo de fachada. Con una relación más lateral encontramos los volúmenes de restaurante y centro de día para niños en riesgo de exclusión social, además de la sede de la fundación que ocupa la antigua villa.







Recuperar la esencia
Con la intención de evocar la atmósfera industrial del complejo original, el ladrillo cerámico y el acero galvanizado prevalecen sobre el resto de materiales. En otros puntos más discretos se ha reinterpretado la cerámica original de la bodega y la alquería, que -combinada con la madera- dota de mayor nobleza a los espacios. En los interiores se emulan de nuevo las cubiertas ligeras de madera.
A través del volumen de la fachada se accede al centro de arte Bombas Gens. Sobre una balanza industrial restaurada que ocupa gran parte del suelo del zaguán, se produce la transición al patio. En este patio, los almeces emergen del suelo de adoquín de rodeno recuperado. A través de su geometría irregular, descubrimos de forma intuitiva los distintos espacios: la entrada al centro de arte en el frente de forma más directa, el restaurante a la derecha y las oficinas a la izquierda con una presentación más discreta respecto a la entrada.
Segunda fase
En la segunda fase del proceso de renovación de Bombas Gens, Ramón Esteve ha diseñado un patio trasero, delimitado por muros de ladrillo, que alberga un jardín diseñado por el paisajista Gustavo Marina y una escultura site-specific de Cristina Iglesias. Se trata de dos canales de riego, inspirados en el río Turia, cuyo interior abstracto evoca las raíces y el fondo de un río. El patio está situado en el aparcamiento del centro e incluye una nueva topografía creada por un pliegue en el pavimento de arenisca que sostiene los árboles. Los muros que rodean el jardín también albergan un espacio para la bodega del siglo XV, cubierta por celosías de ladrillo que filtran la luz del sol generando un ambiente íntimo. En el interior, una pasarela de cristal atraviesa la bodega y nos permite contemplar tanto la bodega como el alicatado original hallado durante la excavación de la masía.
Para la guardería, hemos elegido materiales similares a los del almacén, paredes de ladrillo hechas a mano. Así, el edificio se convierte en el fondo de la vista general que soporta los edificios industriales. Este enorme volumen de ladrillo, donde se sitúan las aulas, está adosado a unas vigas de hormigón coloreado rematadas por la celosía de mitades de teja vidriada que encontramos en la villa.

Arquitecto
Ramón Esteve
Proyecto Museo
Annabelle Selldorf
Proyecto de Rehabilitación
Eduardo de Miguel
Arquitecto Técnico
Rafael Ferriols
Colaboradores REE
Víctor Ruiz
Javier Estevan
María Luna
Francisco Palomo
Arqueóloga
Paloma Berrocal
Ingeniería de Instalaciones
ICA S.L.
Ingeniería de Estructuras
ESTRUCTURAS SINGULARES
David Gallardo Llopis | UPV
Promotor
Sancana S.L.
Constructora
GRUPO INSERMAN
Estructuras
BERTOLÍN
Paisajismo
Gustavo Marina
Identidad Gráfica y Señalética
Estudio Gallén+Ibáñez
Obra escultórica
Cristina Iglesias
Fotografía y Vídeo
Alfonso Calza
Frank Gómez
Pieza de música
PostData Sound Studio