La Toscana es una región de belleza atemporal, cuyo paisaje narra la historia de una rica tradición cultural y rural modelada por siglos de presencia humana. Este territorio, definido por colinas ondulantes, viñedos y olivares, constituye un patrimonio natural y también el resultado de un diálogo constante entre el hombre y la naturaleza, un equilibrio que define el espíritu de esta tierra.
Proyectar en un entorno de tal valor histórico y ambiental exige comprender su identidad más profunda. El proyecto para la Casa en La Toscana se guía por el respeto: respeto por la tradición, por el lugar y por los materiales que han dado forma durante siglos a la arquitectura local. Más que reproducir el pasado, busca reinterpretarlo desde una mirada contemporánea, creando una vivienda arraigada en su contexto y, al mismo tiempo, plenamente acorde con la vida actual.
Arquitectura y materialidad
Cuando se incorporan materiales nuevos, el proyecto recurre de nuevo a la tradición artesanal local, elaborando cerámicas manuales que reinterpretan técnicas ancestrales para alcanzar una estética actual. Así, se tiende un puente entre pasado y presente, celebrando la continuidad del saber hacer toscano.
La composición se articula en tres volúmenes que evocan la tipología de la arquitectura rural tradicional. Su geometría pura y la sobriedad de sus detalles revelan una arquitectura esencial, serena y decididamente contemporánea. Lo antiguo y lo nuevo conviven de forma natural, y el diálogo entre texturas —piedra, madera y cerámica— aporta calidez y una dimensión táctil a cada espacio.
Integración con el paisaje
Los tonos naturales predominan tanto en el interior como en el exterior, inspirados en los colores del paisaje que rodea la vivienda. Los matices terrosos, ocres y arcillosos permiten que la casa se funda con el terreno, reforzando su integración en el paisaje toscano. Esta coherencia cromática refuerza la idea central del proyecto: revisar la tradición desde una sensibilidad contemporánea.
La intervención paisajística responde a los mismos principios. La piscina se integra en el entorno rural evocando las albercas de riego de las explotaciones agrícolas de la zona. Se ha respetado la vegetación existente, que incluye árboles de gran porte, y se ha empleado piedra local para construir los muretes y plataformas que conectan el jardín con la vivienda, extendiendo la arquitectura hacia el paisaje.
En definitiva, la Casa en La Toscana reinterpreta la arquitectura vernácula como un diálogo vivo entre la memoria y la innovación: un refugio sereno donde tradición y contemporaneidad se encuentran bajo la luz toscana.
Arquitecto
Ramón Esteve
Arquitectas Colaboradoras
María Martí
Carla Arrabito
Daniela Matteuci
Paisajismo
Gustavo Marina
Imagen 3D
Tudi Soriano
Pau Raigal
Guido Bolognini
Instalaciones
Raffaele Ciotola
Estructura
Valter Chiappa
Arquitecto Técnico
Sergio Cremades
 
				 
															 
															 
															