Esta vivienda se encuentra en una zona frondosa junto a un arroyo. La proximidad de otras viviendas y la búsqueda de privacidad llevan al proyecto a crear un universo paisajístico propio aprovechando al máximo la parcela disponible. Así, la casa se extiende sobre la parcela que ocupa, dividiendo su programa en piezas de carácter diverso, que se abren y colonizan su entorno inmediato mientras forman un conjunto caracterizado por un equilibrio dinámico entre sus distintas partes.





Este equilibrio dinámico se materializa mediante el contraste entre elementos horizontales de hormigón y elementos verticales construidos en piedra. La horizontalidad ingrávida de los amplios voladizos de hormigón se enfatiza por la práctica ausencia de elementos de apoyo mientras que la pesadez de la construcción en piedra remarca su verticalidad y ancla la vivienda al terreno. En las piezas centrales de la vivienda, la piedra forma el basamento que recoge la planta baja, mientras que el nivel superior se construye en hormigón.




En el interior, más luminoso, se reflejan algunos de los materiales exteriores en puntos singulares de la vivienda para lograr una continuidad visual a la que también contribuyen las amplias cristaleras y los porches en voladizo. Estos porches, de distinta orientación, tamaño y altura, amplían las visuales desde el interior hacia las distintas zonas del jardín y contribuyen a crear un conjunto de espacios rico y variado.

Arquitecto
Ramón Esteve
Arquitectas Colaboradoras
Estefanía Pérez
Cristina Calpe
Tesa Piá
Arquitectos Técnicos
Emilio Pérez
Sergio Cremades
Imagen
Tudi Soriano
Guido Bolognini
Constructora
Desarrollos Técnicos Ardosan
Colaboradores Externos
Gogaite Ingenieros Consultores
Índigo Ingeniería