Esta casa se encuentra en un entorno consolidado y envuelto en una frondosa vegetación mediterránea. El solar se caracteriza por su gran diferencia de niveles.
"El gran desnivel que tiene la parcela se prevé en primera instancia como una adversidad, pero se convierte en el origen de la propuesta constituyendo el núcleo del proyecto".
La casa se presenta como una pieza baja, de una sola altura y marcadamente longitudinal, que muestra una imagen serena y de unas proporciones amables.
Juego espacial
La arquitectura se presenta como elemento articulador entre el espacio llano del acceso y el espacio de jardín privado al que se abre la vivienda como un gran mirador, introduciendo una escena compuesta por elementos naturales, como el agua y la vegetación, en la vivienda.Escala humana
Compositivamente, la casa se resuelve en volúmenes prismáticos masivos, construidos con muros de carga de mampostería, cuya altura viene determinada por la jerarquización de usos. El desnivel favorece la existencia de dos plantas con sus correspondientes espacios exteriores.
De este modo la planta principal se vincula con el dormitorio principal, mientras que la planta inferior se relaciona con los secundarios.
La diferenciación de alturas establece una transición natural entre la escala humana y la arquitectónica.
Materia local
La casa está construida mediante muros de gran espesor de mampostería de piedra de una cantera próxima a Rocafort. Esta piedra fue la que se utilizó originalmente para construir todos los elementos principales de la urbanización, de este modo se buscaba obtener la máxima armonía con el entorno.Juego de claroscuros
Durante la noche la luz se proyecta bañando ciertos puntos del recorrido cobrando protagonismo. Jugando con los claroscuros y con las penumbras, se consigue una atmósfera sugerente que envuelve al visitante en su recorrido de aproximación a la casa.
Arquitecto
Ramón Esteve
Colaboradores
Juan A. Ferrero
Angels Quiralte
Arquitecto Técnico
Ramón Ramírez
Constructora
Inmobiliaria Electra
Jefe de Obra
A. Moya
Fotografía
Xavier Mollà